sábado, 18 de julio de 2015

MEN WANTED. FERNANDO PRATS.





Que un texto escrito con tubos de neón sobre una puerta de un local ilumine la noche de nuestra ciudad lo encontramos normal y sinceramente hasta un punto hortera y anticuado.
Que un texto escrito con tubos de neón ilumine la noche de una plaza de Madrid nos llamará la atención lo suficiente para plantearnos el sentido de una acción que consideraremos artística y buscar el porqué de esa frase.
Que un texto escrito con tubos de neón ilumine la noche antártica para nadie, es pura poesía.




SE BUSCAN HOMBRES PARA VIAJE ARRIESGADO, POCO SUELDO, FRÍO EXTREMO, LARGOS MESES DE OSCURIDAD TOTAL, PELIGRO CONSTANTE, REGRESO A SALVO DUDOSO, HONOR Y RECONOCIMIENTO EN CASO DE ÉXITO[i]

La frase que Shackleton publicó como anuncio en la prensa se convierte en el eje de la acción Gran Sur que el artista chileno Fernando Prats debiera haber traído a Cartagena con motivo de La Mar de Músicas, y que al final no ha sido posible. La frase es una metáfora o más bien una definición de la actitud del artista que busca identificar hasta la médula su vida y su arte, ese camino organizado, estudiado y programado, esfuerzo que sin embargo no garantiza el que se lleve a buen término, ni siquiera que llegue a ningún sitio, o que nos cueste la vida, de la misma manera que el Endurance[ii], paradoja de nombre, el barco que llevaba a la expedición de Shackleton a la Antártida, quedó atrapado por los hielos y posteriormente aplastado y engullido por ellos, iniciando con este fracaso una epopeya de dos años, un clásico de las expediciones antárticas, que consiguió, eso sí, el retorno a salvo de los participantes en la expedición al cabo de dos años en el hielo, experiencia que difícilmente nos cabe en la cabeza cómoda que habitamos actualmente.
Que esa frase, con la que empezó todo, volviera a la Isla Elefante, que es dónde acabó el rescate, es una forma de cerrar el círculo poético. Que se haya visto después en la bienal de Venecia, en Madrid y otras partes no tiene el mismo valor si no conocemos su viaje hasta el Ántártico.

En Cartagena tenemos la posibilidad de ver Acción Chaitén y 03:34:17,[iii] la primera sobre el desastre provocado en una población por la erupción de un volcán y la posterior inundación de agua y cenizas. El pueblo está ahí, abandonado y cubierto hasta los tejados por el cemento de ceniza volcánica. La segunda hace referencia al mayor terremoto y maremoto posterior que ha sufrido Chile, en 2010. Territorios devastados por la expresión más cruel de las fuerzas naturales.

Las Acciones de Fernando Prats persiguen la construcción de un territorio personal enfrentado no a la naturaleza, sino a las acciones de la naturaleza sobre el hombre que muestran una atracción por lo sublime de lo telúrico y el desastre, que recuerdan a la atracción por las tempestades y los naufragios de la poesía y la pintura de la época romántica, igual que el viaje de Shackleton. Algo místico o quasireligioso domina en el viaje constante de Prats por la geografía chilena, parecida a un neón que va de norte a sur desde el desierto hasta el hielo atrapado entre el Pacífico y los Andes, expediciones que podrían  haber generado obras en la línea del land art, pero que lo que producen es una acción, la del artista sobre las acciones cataclísmicas de la tierra, y una pintura, la obra que vemos, impresa en papeles ahumados sobre los que se registran huellas de superficies, grietas, ropas, agua estancada y olas, o sobre los que se arroja la ceniza o la pintura roja, el óxido de los hierros, el barro… El resto, lo que queda entre hombre y tierra.




El montaje sólo nos muestra la huella de cada proyecto, los papeles sólo nos muestran las huellas de cada acción, los planos nos catalogan la posición de lo que fue el trayecto, los vídeos a veces sólo la anécdota. Pero el conjunto nos escribe una poética de la pintura entendida como acción y territorio. La obra de Fernando Prats es un ejemplo del arte comprometido con un discurso y una poesía, pero que requiere del espectador también el esfuerzo de leer. Como dice Adrian Searle,

"¿Quien dijo que la contemplación del arte tuviera que ser fácil o estar libre de complejidades? Los muso y las galerías invierten ingentes cantidades de recursos en programas didácticos, conferencias, visitas guiadas y material divulgativo y las instituciones públicas hacen - de verdad - cuanto está en su mano para llegar al público y actuar de mediadores entre ese público y el arte. Y si a veces las cosas salen mal, son muchas las ocasiones en las que se acierta"
"Y el mejor arte se apodera de nuestras vidas y las enriquece. Pero para que esto ocurra no queda otra que trabajar un poquito y descartar un montón"[iv]

Este es uno de los casos de acierto de una institución pública. 
La Mar de Arte en La Mar de Músicas, Ayuntamiento de Cartagena.






[i] Ernest Shackleton, anuncio en la prensa británica en 1914.
[ii] Resistencia.
[iii] Fernando Prats, Palacio Consistorial de Cartagena hasta el 30 de agosto de 2015. La Mar de Músicas.
[iv] Searle, Adrian, La conspiración del arte contemporáneo. El Cultural, 2015.

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