lunes, 3 de noviembre de 2014

Presentación de LOS TIGRES DEVORAN POETAS POR AMOR.

PRESENTACION DEL LIBRO

LOS TIGRES DEVORAN POETAS POR AMOR
de Alberto Soler



El 28 de octubre se presentó el primer poemario, por fin, de Alberto Soler, editado por la editorial Balduque, que inicia así su colección de poesía con un gran acierto, Los tigres devoran poetas por amor. La poeta Natalia Carbajosa y yo tuvimos el orgullo de presentarlo en Cartagena. 

Un libro hermoso, sincero, actual. 

Dejo aquí los textos - poemas que escribí para la ocasión. basados en una relación de tiempo y amistad los dos primeros, y en su propio libro los dos poemas últimos. 





PRESENTACIÓN de Antonio Gómez Ribelles
28 de octubre de 2014



    Alberto ha venido a mi casa a ver los cuadros.
   Alberto se sirve un café, solo; me ha pedido una taza grande, y la rellena con agua hasta casi el borde. Dice que le gusta así, americano, dice, pero yo creo que en realidad no le gusta el café. Podría pensar que no le gusta el mío, pero se lo veo hacer en todas partes, así que no me preocupa.

    Ha venido a mi casa a ver cuadros, a poner título a una exposición como  lo hizo en otra. Después de escucharme con los ojos, se levanta y se sienta frente al ordenador. Escribe palabras, grandes, que ocupan la pantalla, porque buscamos un título y los títulos son palabras grandes, llenas, invencibles, donde debe caber el mundo. Y juega con ellas, crea frases, las lee en voz alta, busca sinónimos; me conoce de sobra, lo que no digo yo lo añade él, atento a todo. Piedras que hablan, fotos de familia, narración figurativa, poemas en tres palabras.

    Poetas.
    “Porque son los poetas los que ven las palabras”, decía el turco Ilham Berk.

    Somos seres literarios, los tres, también está Flori. Nos nacen títulos literarios, llenos de literatura, algo apropiado a mi pintura, algo apropiado a la exposición algo apropiado a nosotros. Ella da la clave en esta ocasión, literaria de nuevo, y acierta.
    Y no hay nada más que decir.






    Leopoldo me recibe como siempre, fumando, nada más entrar en su casa está la mesa llena de papeles y poesía. “Sabía que ibas a venir”. “Mira, lee esto” y yo leía su ultimo poema.

    Leopoldo nos recibe en la primera página del libro de Alberto como nos recibía en la primera página de su casa, y nos demuestra que no se irá nunca. Al poco de conocernos y saber que yo pintaba y ver mi obra de aquel entonces me preguntó: “¿Tú no escribes? Tú tienes que escribir bien”. Y me hablaba de los amigos poetas y me hacía leer poemas, de él, de ellos, libros, …
    “¿Conoces a Alberto Soler? Ese si que es poeta. Un muchacho magnífico, lo tienes que conocer. Tu eres poeta y no lo sabes, pero él sabe que lo es.”

    Y un tal Antonio Marín Albalate nos juntó a los tres en una antología de título Diversos, (7) Demuestran (Antologados de Los Dolores) en julio de 2004, al marqués, al pintor y al duende de las palabras. (Y a Mª Teresa Cervantes, a Pedro Mateo, a Javier Pedreño, y a Iris Permuy).

    Y a Leopoldo le gustaría ver como Alberto escribió poemas para un catálogo de un tal Antonio Gómez, y lo diré a la manera de Hermosilla: “…cuando el pintor Antonio Gómez expuso en Granada, un poeta llamado Alberto Soler escribió para él, y puso título a la exposición y la llamó Había una casa". El primer verso del primer poema de Los Tigres devoran poetas por amor es el primer verso de ese catálogo
A veces no ves hasta que miras con palabras,

    Y los dos siguientes lo cerraban.
Los ojos cargados, locuaces,
de palabras invencibles

    A Leopoldo le gustaría, le gusta, que ahora estemos aquí juntos y seamos muy amigos y muy poetas. Es culpa suya.







Hay grandeza en la verdad del poeta, porque el poeta dice verdad, dice amor, dice veneno. Con todo el valor de lo dicho desde dentro.

Algo hay enorme en definir el miedo con una canica roja, con un mundo envuelto en animales rayados y monstruos, para estallar volando en un amor de poeta que no quiere solo amarte,

Querer bailar, pero bailar palabras, coreografiar, volar y ser hermoso y ser el arcángel del ejército del sol, por ser, hablar para proponer vidas, follar, pero follarse al monstruo, devorar, enfermar, amar dragones. “La poesía es el lugar donde todo sucede” (Pizarnik)

Y se escriben libros para los otros porque las sendas se borran si no se usan, que los caminos se borran si no se andan, y las palabras deben sonar de nuevo a amor en madrugadas lentas.

¿Qué necesidad tenemos de lo sagrado, de la obsesión, de la belleza?

¿Es preciso el abismo para salir volando y ser amante, para ser poeta?

Es preciso ser sincero para ser poeta.







He visto escribir a Alberto
escribir con ojos de infancia
el asombro en la chispa de sus ojos
y un sueño geométrico;

como le he visto bailar,
le he visto escribir palabras para bailar,
llenar la pantalla, mandar correos llenos
de poemas, palabras por correo
que me llenan la pantalla,
geométricas, abstractas, invencibles.

Le oigo escribir palabras,
con lengua invencible palabras en otras lenguas,
invencibles palabras que se entierran
en la arena para no perderse,
porque nuestros ojos no son de arena
nuestras palabras son
palabras de agua.







Antonio Gómez Ribelles

lunes, 13 de octubre de 2014

           


11.10.14 - LA VERDAD


Crónica de actualidad, por Pedro Soler

'Señas de identidad', en Chys
Tiene mucho de intimidad la exposición que Antonio Gómez presenta en Chys. Frente a la aparente frialdad que algunas de las obras puedan encerrar, lo cierto es que siempre nos conducen a unos recuerdos que acercan al espectador. Abierto a cualquier temática, estamos ante un pintor que gusta de desarrollar sus teorías de una forma totalmente comprensible, incluso con rasgos muy básicos, que son los que permanecen inalterables en todo su recorrido. Convencido de que su obra es un método expresivo atrayente por su sinceridad, no gusta inventar, porque entiende que en los detalles más imperceptibles de lo que sucede en un momento determinado, o que permanecen en el espacio casi oculto de una fotografía, se encuentra un tema con capacidad interpretativa. Además, dentro de ese sentido básico, Antonio Gómez elude el uso de los métodos, que, aunque puedan parecer imprescindibles, no siempre considera necesarios, como es inyectar cromatismo en sus obras. Cierto que se trata de una osadía, porque, frecuentemente, más que interpretar, el espectador se limita a dejarse influenciar por la visión del cuadro; pero el pintor corre ese riesgo, consciente de que lo que va a llegar al espectador es, más que la visión del cuadro, la visión urbana o de la naturaleza, que el cuadro encierra.
Estamos ante un rígido, pero personal realismo, estilo hopperiano, que Gómez aplica tanto a las figuras como a los nítidos paisajes sobre los que descansan algunos de los retratos expuestos. Unas y otros parecen cubiertos por su exclusiva realidad, y solo retocados, para aplicarles las características que el artista utiliza y de las que se hace responsable. Son cuadros en los que predomina la expresividad, que cualquiera emite realizando funciones acordes con la vida misma. Son como estampas por las que, a veces, parecen deambular desocupadamente los protagonistas. Es la intrascendencia que Antonio Gómez recoge en encuadres plenos de naturalidad.



http://ababol.laverdad.es/cronica-actualidad/5744-luzcolor-e-identidad

viernes, 10 de octubre de 2014

RESEÑA DE MARTÍNEZ VALERO.






ANTONIO GÓMEZ EN CHYS

Si a menudo la sombra es más real que el objeto, también, una parte, a veces  es superior al todo, así puede ocurrir que, cuando se elimina el rostro del cuadro, diga más, porque los ojos con que miramos, como no dan con los ojos que nos miran, descubren maneras de ser que permanecen bajo lo expuesto. De ese modo, el gesto del cigarrillo entre los dedos, muestra el contexto de una época. La chaqueta, la camisa blanca y la corbata más el pañuelo, junto a la camiseta que viste el otro, indican un campo donde está clara la posición de cada cual, porque no conviene que se olvide quien es quien. Ésos, que podrían ser jóvenes con ropas de hoy, frente al plato y los vasos vacíos, cuyas manos aunque están, no vemos, se ajustan a la misma intemporalidad que reside en los antepasados. ¿Significa que el tiempo no pasa? En efecto, el tiempo se queda, se adhiere a cada gesto, por eso parecen conformes y aceptan un papel pasivo en la gran comedia humana, comparten esos platos, que aún no han sido servidos, como un profético mensaje, dispuestos a entrar en comunión con la existencia.
No obstante, el rostro de la mujer ha sobrevivido, como la cara de una  presencia del pasado, depositaria de la continuidad de la memoria que mantiene la identidad, en oposición  a ese otro rostro que fue atrapado sólo porque así vemos, sin que se sepa muy bien por qué estaba allí, invisible, a quien seguro alguien conoce, aunque la familia lo considere un extraño. Estos rostros, que fueron vecinos, conservan perfectamente el aire de la época, constituyen, sin que se lo hubiesen propuesto, la atmósfera social de aquellos días.
Hay cuadros que nos llevan al pasado, cuadros que conducen al presente. Ambos movimientos implican un argumento temporal. Creo que estos cuadros de Antonio Gómez pertenecen a la visión de la infancia, contemplamos una realidad vista desde abajo, justo en el momento que el niño acaba de dejar la mano del padre, como si la realidad hubiese sido algo familiar y, es entonces, cuando ese mismo niño, descubre que todo lo que creían perfecto y acabado, no es sino fragmento, piezas con las que ha de componer su mundo.        





                                   José Luis Martínez Valero

martes, 22 de julio de 2014

Black Star Line




Kerry James Marshall es un artista afroamericano que lucha desde su pintura contra la invisibilidad de su raza en el arte. Visitando la exposición que le dedica el Reina Sofía me encontré con un cuadro titulado Black Star. Este título hace referencia a una compañía naviera que fundó en 1919 el predicador, periodista y empresario negro Marcus Mosiah Garvey, fundador de la Asociación Universal para la Mejora del Hombre Negro (UNIA) con su lema “Un dios, un objetivo, un destino”. Esta compañía consiguió crear una línea comercial autosuficiente que recorría el caribe y el atlántico hasta África, con capitanes y tripulación negra y que permitía a todo aquel que quisiera volver al continente de origen, como parte del sueño panafricano que defendía Garvey y después otros luchadores por los derechos civiles, y que algunos conocimos en Bob Marley. La persecución hacia Marcus Garvey no cesó, dirigida por  Edgard Hoover, hasta que fue encarcelado en 1927.
Black Star Line desapareció como naviera, pero continuó como salón de reuniones con su pared exterior pintada de azul. Actualmente hay un restaurante con el mismo nombre.


Este poema lo escribí para el Trasnochando de 2014.








BLACK STAR LINE


Últimamente duermo a ratos,
duermo mal y me desvelo.

El mundo está lleno del ruido constante de motores,
el mundo de este barco black star no deja de moverse,
el mundo está lleno de estrellas.

Llevo días sin dormir bien, Mr. Garvey,
me marea este mar extrañamente negro,
el mar que me hace daño,
el mar que lleva mi cuerpo desde mi caribe a mi África
por un océano negro.

Este barco volverá, irá hasta allí y volverá, Mr. Garvey.

Yo, no lo sé.

Duermo mal, lo sabe, y pienso mal.
Dejé mi casa llena de piedras y papeles enterrados,
donde escribí nombres para recordarlos.
Los nombres que me dijeron “vuelve a casa
donde está la tierra en que fuimos libres”.

Este barco irá y volverá, voy y vuelvo con él
a la tierra en que fuisteis libres.

En mis malos sueños (no duermo bien)
veo la línea de estrellas negras
convertida en una casa azul.

En el mar las estrellas siguen siendo blancas, Mr Garvey
Y he visto su sueño blanqueado, Mr Garvey,
Encerrado entre los muros de una cárcel blanca, Mr. Garvey.

Desenterraré las piedras que otros enterraron
Y hablaré a desconocidos de las que yo dejé.

En mi sueño africano.