sábado, 30 de octubre de 2010

FRAGMENTO







Fotografía

Una polaroid hace aparecer en unos cuantos segundos la imagen de una realidad que todavía tienes delante, que todavía está allí. Puedes cotejarla aún, volver a medir, comprobar las inevitables diferencias entre tu ojo y el de la cámara. Poco tiempo después, Leonard Shelby* habrá olvidado todo y se enfrentará sólo a la foto y a una anotación escrita de su mano sobre el material fotográfico, único vestigio de su pasado cercano, de un fragmento de su historia próxima.
Lo demás no existe.
Nada más en su memoria.
Un fragmento de tiempo muerto.

Marcha atrás. Siempre recordamos marcha atrás.
La cantidad justa de información, sólo necesitamos la cantidad justa de información. Basta lo suficiente, el exceso acaba con el interés, con el valor emotivo de la cosas, con los afectos.
Sólo dos fotos son memorables de un viaje, y quizá son aquellas en las que no aparecemos.
La importancia de lo que no está en la foto.
Es difícil vivir dependiendo de una nota, difícil depender de recuerdos subalternos, difícil reconstruir realidades con supuestos hechos.

“La memoria no es fiable. Los recuerdos desvirtúan,
son una interpretación, no un registro,
y no importan si tienes los hechos.”


El hecho

Porque sabemos de lo falso y de lo tenues que son nuestros recuerdos tendemos a creer en las imágenes como registro, olvidándonos del principio de incertidumbre, del acto objetivamente subjetivo de pervertirlas.
No hay certezas.
Hay per-versiones ciertas.


Tatuaje.

Leonard decide que las notas no bastan, se desordenan, se confunden.
Un tatuaje en la piel es indeleble, invariable.
Pero su lectura sí lo es. Tal vez el tiempo o las trampas de la historia la desordenen, su pasión se devalúe, su importancia, su esencia no sean ya nada, sólo un garabato, una baba de caracol que brilla intraducible cuando pierde el referente.
El recuerdo del sentido correcto se desvirtúa.
Sólo queda un fragmento. Una memoria tatuada.


Memoriae constructio

Las palabras que nombran son un fragmento del objeto.
La palabra es más que el objeto que nombra.
El poema es el registro de un fragmento. Un hecho.

Pero las partes llevan al todo aunque su suma sea más que el todo.

El poema es el tatuaje del fragmento. Una parte.
El registro de sí mismo cuando se borre el sentido, se pierda el poeta.

De-construcción

Quizá esto sólo sea un álbum de fotos, un aljibe de memorias suspendidas, de partes que suman más que el todo y que son la realidad construida, la única que somos capaces de reconocer.

Y tal vez tengamos, como Leonard Shelby, la lucidez suficiente para ponernos trampas, alterar los datos, corregir anotaciones, imágenes, poemas …
para construir la memoria recomponiendo los fragmentos, reconstruir los hechos, lo escrito, lo muerto.

                    * Protagonista de “Memento”.  Dirección y guión de Christopher Nolan. 2000.